domingo, 25 de diciembre de 2016

Restaurante Cobo Vintage (Burgos)

¡Felices fiestas a todo el mundo! Encarrilamos la última semana del año con una visita esperada desde hace meses. Llevaba deseando hacer visita al restaurante que abrió el Chef Miguel Cobo en Burgos tras su paso por el programa Top Chef, y justo cuando me decidí gracias a querer hacer una entrada del blog con este restaurante, le acababan de otorgar una estrella Michelín, con lo que ya mataba dos pájaros de un tiro. El restaurante está situado junto al río Arlanzón, en la Calle  de la Merced número 19 de Burgos. En su página web cobovintage.es podéis ver más fotos del restaurante y de algunos platos, así como realizar reservas desde la misma y consultar los menús.



Curiosamente había oído varias opiniones sobre el restaurante o mejor dicho sobre su cocina. Tengo bien claro que el dicho "Has de creer de lo que veas la mitad y de lo que te cuenten nada" se suele cumplir, ya que muchas veces las envidias hacen que la gente saque la bilis criticona que hace imposible decir nada bueno sobre alguien o sobre su trabajo. Directamente me habían hablado muy bien personas que han estado varias veces y han repetido siempre muy satisfactoriamente. En cuanto a las críticas desfavorables, todas resultaban ser de terceras personas y nadie me hablaba mal por experiencia propia, sino que siempre era lo de "me han dicho...". Personalmente, os puedo asegurar que con mi experiencia salí muy contento y con ganas de repetir. Me acompañaba una persona que es muy sincera con sus gustos culinarios, y cuando algo está bueno, lo dice, y lo mismo al contrario.
Vamos pues con el relato de un viaje a lo largo del menú degustación denominado "Subiendo al Escudo".

Ante todo, quiero remarcar que el trato fue exquisito en todo momento por parte de todo el personal, desde el Jefe de Sala, que es un profesional ya bastante conocido en la ciudad por su buen hacer, pasando por el resto de personal de sala, siempre rápidos y diligentes, hasta el propio Chef que a menudo pasaba por las mesas explicando y presentando algún plato y comprobando que todo estuviera a gusto de los comensales.


El vino elegido para acompañar la comida fue un PSI Crianza 2013 D.O. Ribera del Duero de las bodegas Dominio de Pingus. Un tanto pasado de fuerza a mi parecer, quizás un vino que necesita más tiempo de decantado para respirar.


Degustación de aceite de oliva Arbequina y diferentes panes incluida en el menú, muy buen detalle.



Para abrir boca, un pequeño aperitivo consistente en una corteza de trigo con salsa marina, mejillón y alga wakame. Mucho sabor en tan poco espacio, pero muy bien conjugado.


Un pequeño cambio en el menú por una intolerancia con el salmón por parte de mi acompañante derivó en la grata sorpresa de un ceviche de lubina fresco y muy bien aliñado, una explosión de cítricos agradecida para despertar el paladar.


Uno de mis bocados favoritos del menú, unos conos crujientes con tartar de sardina y emulsión de ahumados que estaban deliciosos... ¡Daban ganas de pedir una docena, jejeje!


Siguiendo con los entrantes, unas croquetas melosas de leche fresca de vaca que se deshacían en la boca (y en la mano si no tenías cuidado). Muy sabrosas y suaves.


Un plato que me gustó mucho y me sorprendió. Tallarines de calamar fresco con apio, maracuyá, huevas y en la probeta que se ve un licuado de manzana, tomate y albahaca. Me quedé con las ganas de haber echado el líquido en el plato porque hubiera sido muy bonito visualmente, pero al servirnos el plato insistieron en que no lo hiciéramos, ya que de hacerlo los tallarines se cocinarían con el ácido del líquido y había que comer un poco de lo del plato y acompañarlo con un trago del tubo. Muy ricos y curioso el probar el calamar en crudo que resultó un grato descubrimiento.


El plato que me resultó más curioso de todos, una endivia cocida (siempre las había comido frescas) sobre suero de leche. Acompañada de cacao, puré de naranja y granizado de limón. Una mezcla nada habitual pero muy curiosa, con matices agrios y amargos que seguían preparando el paladar para los siguientes platos.


Otro de mis favoritos: Canelón de pato con foie, fondo muy reducido de carne y aire de hibisco (flor de Jamaica). El relleno del canelón muy sabroso con una textura suave, la pasta fina y perfecta y el toque ácido del aire dándole una limpieza agradecida en nariz. Muy curioso el toque del cumquat o naranja china, no lo había probado antes.


He de decir que a partir de este plato el seguir comiendo fué cuestión de gula, para los que dicen que al ser raciones tan pequeñas se van a quedar con hambre...para nada, os lo aseguro. Esta cazuelita o coccotte de pochas con callos de bacalao supone por sí misma un buen plato de cuchara que os dejará con la panza llena, Las pochas estaban deliciosas, como mantequilla en la boca, y la "sabrosura" llenaba la boca con cada cucharada.


Otra exquisitez que nos puso los pelos de punta a mi acompañante y a mí de lo rica que estaba: Chicharro ahumado en brasa, jugo de roca, puré de chiribías y de manzana. Cada bocado exquisito con matices ahumados, dulces, salados... de diez.


El final de platos salados perfectamente logrado con una presa de bellota en su punto que se deshacía en la boca de puro tierno. Pincelada de ajo negro y jugo muy reducido similar al del canelón, puré de chiribías y de naranja, y un pequeño cambio en que sustituyeron el torto de maiz por un cogollo braseado, pero se lo perdonamos.


Comenzamos con los postres. Una panna cotta de apio con apio hilado fresquísimo, sirope de limón, hinojo y nieve de coco. Una grata sorpresa en la que mi acompañante, a quien no la gusta el apio, descubrió que la encantaba después de probarlo. Muy buena combinación de sabores frescos y nada empalagosos.


Otro postre, éste más tradicional por sus componentes: compota de manzana, tierra de galleta y helado de coco. Sencillo y agradable, sin destacar mucho.


Junto con los cafés nos trajeron los "petit fours", muy de moda últimamente. También muy ricos, bocaditos para rematar la comida y acompañar los cafés perfectamente. Compuestos de bizcocho de almendra casero, gominola de naranja sanguina y roca de nuez y oro. Un gusto haber podido degustar la cocina del Chef Cobo, sin duda habrá que volver para atacar la carta cuando sea posible.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Paccheri (o canelones) rellenos de conejo confitado y setas de cardo, con salsa de cerezas y crujiente de pesto rojo.


¡Hola mundo! Este plato está compuesto por varias recetas y combinado en lo que creo que está bien rico. Son elaboraciones no demasiado complicadas aunque llevan su tiempo, pero le dan al plato toques de campo, dulces y aromáticos. Se pueden hacer canelones con este relleno, pero a mí me gusta hacerlos rellenando una pasta llamada "Paccheri", que es como un canelón cerrado más ancho y más corto y no tienes que andar cerrando la pasta, por lo que es mucho más cómodo y quedan muy curiosos en el plato, además de dar opción a ponerlos en vertical en el emplatado. Lo único es que hay que controlar la cocción, ya que al ser una pasta habrá que tener cuidado de no cocerla demasiado, ya que se acaba de hacer en el horno al gratinarla cuando la tenemos rellena. También soy consciente que hay mucha gente que no le gusta el conejo, por lo que se podría sustituir por pollo y aromatizar el aceite de cocción con tomillo y corteza de limón.

Los procesos serán cuatro principalmente: confitar el conejo, preparar la farsa (relleno) con el conejo desmigado y las setas, hacer el crujiente de pesto rojo y finalmente, la salsa de cerezas.

PREPARACIÓN 1: CONFITAR EL CONEJO

Ingredientes:
  • Conejo en trozos no demasiado pequeños (yo he cogido 4 paletillas, que aunque encarezcan un poco son ideales para esta receta, ya que se deshuesan muy bien y la carne es muy suave).
  • 1 litro de aceite de oliva (No conviene que sea virgen extra, ya que aparte de encarecer el plato lo daría demasiada acidez. Una vez acabada la receta, se puede volver a reutilizar colándolo para eliminar los restos de las hierbas aromáticas y dejando que se posen los posibles restos antes de echarlo en el recipiente donde se guarde. El aceite quedará aromatizado con ellas para darle un uso similar).
  • 2 dientes de ajo.
  • Tomillo, romero y sal.

Preparación:



  1.       Picar el ajo y frotar los trozos de conejo con el ajo, la sal y el tomillo. Dejar 4 horas en este adobo en el frigo.
  2.       En una cazuela de barro o una fuente de horno honda colocamos los trozos en una sola capa sin que se tapen entre ellos y los cubrimos con aceite de oliva. Añadimos una rama de romero fresco. (yo lo tenía guardado en hojas, de modo que así lo he añadido. Es para aromatizar el aceite del confitado).
  3.       Calentamos el horno a 70ºC y metemos el conejo durante 2 horas y media.
  4.       Una vez pasado ese tiempo, ya tendremos el conejo cocinado a baja temperatura en aceite (confitado) Podremos utilizarlo de esta manera como plato junto con alguna guarnición, está exquisito y la carne se deshace en la boca de lo tierna que queda, o conservarlo cubierto por ese aceite mucho tiempo, como un escabechado. Para la receta que vamos a hacer, lo dejamos enfriar para poder deshuesar y desmigar y reservamos la carne.


PREPARACIÓN 2: RELLENO DE LOS PACCHERI (O CANELONES)

Ingredientes:
  • ·         Carne desmigada de conejo confitado de la Preparación 1.
  • ·         Setas de cardo - 200 gramos.
  • ·         Paccheri o pasta de canelones (yo he rellenado sólo 5, pero con esta cantidad de carne se podrían rellenar unos 10-12. Conviene siempre cocer de sobra, ya que alguno puede romperse en la cocción).
  • ·         Medio vaso de vino blanco.
  • ·         Media cebolleta.
  • ·         Pimienta blanca molida.
  • ·         Sal y aceite de oliva virgen extra.


Preparación:

  1. Con un trapo limpio y húmedo limpiamos las setas de hierba y restos de tierra.
  2. Picamos la cebolleta muy finita y la añadimos a una sartén con aceite de oliva virgen extra bien caliente (Si fuera para otro plato se podría echar ajo, pero como tanto el conejo como el crujiente llevan ajo no he querido excederme). Salamos un poco para acelerar el dorado de la cebolleta.
  3. Picamos bien pequeñas las setas y las añadimos al sofrito cuando la cebolleta se haya dorado. Salteamos y dejamos que suelten bien el agua.
  4. Cuando  se haya evaporado casi por completo, añadimos la carne desmigada del conejo y salteamos mientras se mezcla. Echamos el vino blanco y reducimos para quitar el alcohol, removiendo para que se junten los sabores y evaporando para que  no quede caldoso. Probamos de sal y rectificamos si fuera necesario.
  5. Una vez reducido, reservamos el conjunto.
  6. Cocemos los paccheri en agua bien salada unos 16 minutos para que queden al dente y podamos manejarlos bien. Los escurrimos y dejamos que se templen separados sobre un paño bien  limpio. En caso de usar hojas de pasta para canelones, seguir las instrucciones del fabricante.

PREPARACIÓN 3: CRUJIENTE DE PESTO ROJO


Ingredientes:

  • ·         20 gramos de piñones.
  • ·        1 tomate muy maduro no muy grande.
  • ·        1 diente de ajo pequeño
  • ·         2 cucharadas de zumo de limón.
  • ·         5 gramos de hojas de albahaca fresca.
  • ·         1 cucharadita de vinagre (preferiblemente de manzana, aunque de vino también nos valdrá).
  • ·         Sal (muy poquita, ya que al hornearlo se deshidrata y se sube mucho el salado).

      Preparación:


  1. ·         Hidratamos los piñones en agua durante varias horas.
  2. ·         Mientras tanto, vamos pelando el tomate y quitando las pepitas, de modo que nos quede sólo la carne del mismo.
  3. ·         Ponemos en el vaso de la batidora todos los ingredientes menos las hojas de albahaca. Batimos bien y si vemos que queda demasiado pastoso añadimos un poquito de agua.
  4. ·         Picamos las hojas de albahaca y las añadimos a la mezcla. Removemos para que se mezcle bien.
  5. ·         Precalentamos el horno a 100ºC y en una bandeja de horno ponemos papel de hornear (sulfurizado). Sobre el papel vertemos la mezcla anterior y la extendemos para hacer una capa fina. Metemos en el horno durante una hora, vigilando al final para evitar que se queme.
  6. ·         Una vez pasado ese tiempo (o antes si vemos que empieza a oscurecerse) lo sacamos, damos la vuelta poniendo otro papel de horno por encima y metemos de nuevo en el horno otros 10 minutos.
  7. ·         Dejamos que se enfríe y podemos partirlo en trozos irregulares para su uso.

      PREPARACIÓN 4: SALSA DE CEREZAS


Ingredientes:

  • ·         200 gramos de cerezas.
  • ·         Zumo de 1 naranja.
  • ·         Zumo de medio limón.
  • ·         Un chorrito de whisky.
  • ·         2 cucharadas de miel.(Yo he usado de romero, que le va a ir muy bien el aroma a este plato. Si esta salsa fuese para un postre os recomiendo de azahar)

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 Preparación:


  1. ·         Lavar y deshuesar las cerezas.
  2. ·         En una cazuela ponemos todos los ingredientes y cocinamos hasta conseguir una salsa espesa bien integrada.
  3. ·         Trituramos y pasamos por el chino para conseguir una textura más fina y sin restos de piel de cereza.


PREPARACIÓN PRINCIPAL Y MONTAJE

  • Tenemos ya preparada la farsa o relleno, los paccheri cocidos, el crujiente de pesto y la salsa de cerezas. Vamos a rematar el plato, para lo que necesitaremos también un poco de queso grana padano o de parmesano para rallar o ya rallado y un poco de mantequilla.:
  • Rellenamos los paccheri (o enrollamos los canelones) con el relleno.
  • En una fuente de horno untada en el fondo con un poco de mantequilla, colocamos los paccheri tumbados sin juntarlos demasiado para evitar que se peguen entre sí (podemos remojarlos con agua fría antes de rellenarlos si vais a hacer muchos y van a estar muy juntos, esto ayudará a que no se peguen demasiado. Lo mismo para la pasta de los canelones después de rehidratada con agua caliente).
  • Una vez colocados, rallamos el queso sobre ellos y colocamos alguna lasca de mantequilla para ayudar al gratinado.


  • Metemos a gratinar junto con la parte de arriba del horno unos 10 minutos a 200 grados, o vigilamos que se gratine el queso.
  • Calentamos la salsa si no está caliente, y colocamos una pequeña cantidad en el plato donde vayamos a servir (La forma de emplatar es al gusto de cada uno, se puede hacer una espiral, cubrir el fondo si es un plato hondo, un punto corrido con una cuchara (esta es la que he usado yo), puntos pequeños o  más grandes...lo que más os guste).

  • Colocamos unos pocos paccheri (o canelones) con cuidado parcialmente sobre la salsa, y rematamos colocando un trozo o dos del crujiente de pesto de forma que quede elevándose sobre el conjunto y sin tocar la salsa en lo posible... ¡Y ya tenemos nuestro plato acabado y listo para disfrutar!





domingo, 11 de diciembre de 2016

Kokotxas con almejas en salsa verde


¡Buenas! Hoy os traigo una receta bastante tradicional que a mí me encanta y además es muy fácil y rápida de hacer: Kokotxas con almejas en salsa verde.
Aunque ya conocía las kokotxas, no las había comido hasta hace relativamente poco cuando me decidí a hacer una receta de Bruno Oteiza, que es un cocinero al que sigo bastante, ya que sabe cocinar platos tradicionales exquisitos y también introduce comida internacional, manteniéndose fiel siempre al producto de calidad. Tiene 3 restaurantes en Méjico (uno de ellos en la Riviera Maya, habrá que ir ya que tenemos excusa, jijiji) y un programa de cocina en la televisión de nuestro país, no estoy seguro de la cadena (Nova, creo).
Este plato puede ser medianamente económico o bastante caro, eso dependerá de vuestro bolsillo y de las ganas de ser un poco sibaritas o no que tengáis. Me explico: las kokotxas las podéis encontrar de bacalao o de merluza. Normalmente las de bacalao están a mitad de precio que las de merluza, que pueden llegar a costar casi 50 euros el kilo. Hay que tener en cuenta que con un cuarto de kilo (250 gramos) tendremos para dos personas, de modo que no os asustéis con estos precios y no tengáis reparo en probar a hacerlo con las de bacalao, que merece la pena (de hecho, a pesar de ser más baratas, a mí me gustan más las de bacalao por la textura que tienen). Lo mismo pasa con las almejas, ya que las de criadero serán la mitad de baratas que las salvajes, aunque tened en cuenta que sólo usaremos una docena o así para dos comensales.

Vamos pues al lío y ya veréis lo fácil y rápido que tenemos un plato exquisito de los de mojar pan. Yo hoy me he dado el capricho y me he cogido las kokotxas de merluza y las almejas salvajes, que un día es un día. También lo acompañaré con una ensalada de naranja con aceitunas e hinojo, y lo maridaré con un rico Alvariño "Mar de Frades" bien fresquito...¡porque yo lo valgo! jajajajaja.

Ingredientes (por persona):
  • 150 gramos de kokotxas (bacalao o merluza, a tu gusto y al de tu bolsillo).
  • 6-8 almejas.
  • 1 diente de ajo.
  • una punta de guindilla.
  • perejil fresco.
  • medio vasito de vino blanco.
  • aceite de oliva virgen extra.
  • sal.

Preparación:

  • En una cazuela ponemos las almejas con un poco de aceite de oliva, tapamos y ponemos al fuego para que se abran. Cuando se hayan abierto, colaremos el caldo que suelten y reservamos por separado.
  • En una cazuela baja con aceite de oliva virgen extra sofreimos el ajo muy picadito y la punta de guindilla.

  • Salamos las kokotxas ligeramente (ya que el caldo de las almejas añadirá bastante salado) y las añadimos con la piel hacia abajo. Meneamos la cazuela (no mover con la cuchara, ya que queremos que nos suelten la gelatina propia para que ligue con el aceite) y vamos viendo que sueltan poco a poco la gelatina. Añadimos el vino con cuidado y veremos que liga enseguida con la salsa.

  • Añadimos la salsa de las almejas y seguimos meneando para que se ligue bien todo, veremos que va espesando la salsa. Añadimos el perejil bien picado.

  • Añadimos las almejas, meneamos para que se mezcle bien y dejamos hervir unos 2 minutos.
  • Ya podemos servir... ¡A disfrutarlo con un buen pan y un buen vino blanco! (en la foto hay mas almejas, ya que he añadido todas las que tenía para gastarlas en la cena con la salsita verde,mmm...).



domingo, 4 de diciembre de 2016

Especial Pasta - Tallarines a la "Puttanesca"

Voy a centrarme hoy en uno de los alimentos más usados y queridos en la cocina mediterránea: La Pasta. Gracias a la infinidad de diferentes tipos de pasta, sus múltiples usos y la cantidad de posibles combinaciones con innumerables salsas, en poco tiempo podemos tener listo un plato genial para cualquier ocasión. El producto base es muy económico, y como bien aconseja El Practicón, merece la pena comprarlo de la mejor calidad aunque cueste un poco más, y poniendo un poco de nuestra parte, incluso más aún si la hacemos casera nosotros mismos, eso sí con el coste en tiempo ineludible...


"[...] las tiendas de ultramarinos venden ese género mal y en malas condiciones y únicamente en las fábricas buenas, y recién hechas las pastas, deben comprarlas los aficionados, ya que no hay costumbre en España, como en Italia, de hacer en casa todas las pastas para la sopa, y sobre todo los macarrones. [...] Es pues, una economía mal entendida no comprar pastas alimenticias allí donde se fabrique o venda lo mejor del producto y cueste lo que cueste, porque en último resultado, si el precio se sale del presupuesto, se nivela la diferencia restando cantidad. [...] los macarrones, el pan nuestro de cada día de los italianos, que sin macarrones no pueden vivir. [...] Ya he dicho de no comprar los macarrones, sino en fábrica o casa acreditada. Venden por ahí unos macarrones que ni para engrudo pueden servir." - El Practicón.




FORMA CORRECTA DE COCER LA PASTA

Muchas veces tendemos a cocer la pasta de una u otra forma tan sólo porque "es como se ha hecho siempre", pero eso no quita para que sea la forma incorrecta o no la más correcta para hacerlo. Los puntos más importantes a tener en cuenta a la hora de cocer la pasta son:
  • El agua de cocción deberá ir siempre con abundante sal, ya que la pasta en sí no lleva y es muy sosa, el sabor base de la misma va a depender en exclusiva de la cantidad de sal en el agua de la cocción, de modo que si queremos que quede sabrosa ha de salarse bien el agua.
  • No echaremos aceite en el agua. Reconozco que yo hasta hace bien poco llevaba toda la vida haciéndolo así, ya que mi madre también echaba aceite en el agua de cocer la pasta. Por lo visto, el aceite puede "sellar" la pasta, de forma que ésta no se haga correctamente, quedando demasiado dura aún con el tiempo indicado.
  • La pasta la incorporaremos cuando el agua esté hirviendo, bajando un poco el fuego para mantener un hervor medio, y removeremos de vez en cuando para evitar que la pasta se pueda pegar al fondo de la cazuela o entre sí.
  • Si queremos que la pasta quede perfectamente "al dente", la cocción deberá ser de 2 minutos menos a la indicada en el paquete por el fabricante, y la acabaremos de hacer en la salsa, de ese modo nunca se nos pasará y además la salsa quedará integrada e impregnada en la pasta. En caso que nos guste más suave, con 2-3 minutos más de cocción bastaría, ya que con más tiempo se quedaría demasiado blanducha y con una textura poco agradable. En caso de ir a usarla en una ensalada, respetaremos los tiempos de cocción que nos ponga en el envase.
  • Muy importante: JAMÁS ACLARAR CON AGUA FRÍA LA PASTA DESPUÉS DE COCERLA (a no ser que la queramos emplear para una ensalada y no podamos esperar que enfríe). Cosa que también hacía según aprendí de mi madre, pero mal hecho está. Si lo que queremos es que la pasta esté sabrosa y controlar su punto de cocción, lo que no podemos hacer es remojarla, deslavarla y enfriarla parando la cocción. Simplemente la escurriremos bien y la añadiremos a la salsa para acabar de cocinarla.
  • Si una vez hecha la pasta (y antes de añadirla a la salsa) no la vas a usar o ves que te va a sobrar, puedes después de escurrirla echarle un chorrito de aceite de oliva y mezclarla bien, de modo que no se quede pegada entre sí hasta que la demos uso (se puede congelar incluso, una vez "aceitada" y enfriada).

ATRÉVETE A HACER PASTA CASERA

En los supermercados y tiendas de alimentación tenemos una gran variedad de pastas, tanto secas como frescas al huevo, rellenas, integrales... Pero nada tan satisfactorio como hacerse uno mismo la pasta fresca, cosa que no es tan difícil y cuyo resultado es más que placentero, pues la diferencia con la comprada es notable. Además, nos permite hacer tantos experimentos como queramos con los rellenos de raviolos, raviolis, tortellinis, así como preparar ciertos tipos de pasta que no son fáciles de encontrar fuera de establecimientos especializados.
¡Así que vamos a ponernos al lío! Se puede hacer con máquina de pasta, que no es demasiado costosa (desde unos 25 euros), pero yo aún no la tengo así que lo haré al viejo estilo: con rodillo. Por supuesto, no va a ser tan fina como si la hiciéramos en máquina, pero no todo el mundo tiene una. Siendo así, debemos tener en cuenta que cuanto más gruesa sea costará más cocerla, de modo que los tiempos de cocción podrían variar entre 2-5 minutos.


Las cantidades de pasta por comensal se estiman en unos 80-100 gramos por persona adulta y unos 60 gramos por niño. Yo suelo cocinar para una persona ya que vivo solo, excepto en alguna comida con amistades que hago más cantidad. Así que os pondré las cantidades para una persona, de esa forma es más fácil también el calcular en caso de tener más comensales. Aunque os aseguro que sale una buena cantidad por persona como para considerarlo como plato único.
Así pues, usaremos un huevo y unos 80-90 gramos de harina de trigo para una persona (2 personas:2 huevos y 160-180 gramos, 3 personas: 3 huevos y 250 gramos, y así progresivamente). También usaremos un poco más de harina para la superficie donde la amasaremos y cortaremos, para evitar que se pegue.
Con la harina hacemos un montoncito en la superficie donde vayamos a amasar. Hacemos un hueco con los dedos en el centro, dándole el aspecto de un volcán. En el hueco echaremos el/los huevo/s . Comenzamos a mezclar poco a poco desde el centro con los dedos y con más energía después para que se vaya integrando bien la mezcla. Tendremos harina a mano por si nos hiciera falta añadir a la masa, si vemos que se nos pega mucho a las manos.



Amasamos hasta que nos quede una masa que no se nos pegue a las manos y un pelín dura (en caso de estar demasiado húmeda añadiremos harina, o si está demasiado seca un poco de agua). Hacemos una bola y la metemos en un bol, dejándola tapada con film durante media hora. Una vez pasado ese tiempo, podemos dividir en varias partes la masa para facilitar su aplanado tanto si usamos rodillo como máquina. En mi caso, al ser tan poca cantidad lo divido en dos partes para intentar conseguir el menor grosor posible a rodillo.


Echamos un poco de harina en la superficie de trabajo y aplanamos cada parte con el rodillo todo cuanto queramos (a más fino, más trabajo). Una vez tengamos las "sábanas" de pasta, ya podemos cortarlas como nos convenga según el uso que vayamos a darlas: a lo largo en tiras finas para tallarines, con un molde redondo o cuadrado pequeño para raviolis o tortellinis, un molde más grande para raviolos, rectángulos un poco más grandes para canelones... o mucho más grandes para lasaña!! La verdad es que merece la pena el resultado final en estos platos si nos tomamos la molestia de hacer nuestra propia pasta. En mi caso, como voy a hacer una receta de tallarines, los he cortado en tiras finas a lo largo.



RECETA: TALLARINES "A LA PUTTANESCA"


Esta receta con tan pintoresco nombre tiene varios posibles orígenes, desde que era lo que comían las prostitutas en Nápoles (bien para coger fuerza antes del "servicio" o bien porque se elaboraba con lo último que quedaba en el mercado porque se levantaban tarde a comprar), hasta que el nombre viene de una vez que en un restaurante de Nápoles en el que unos comensales tardíos le pidieron al cocinero que pusiera "cualquier puta cosa que te quede" y él hizo un plato con los restos de ingredientes que quedaban tras un día de trabajo y les encantó, de modo que lo incorporó a la carta. Aunque ninguna de esas historias está confirmada, yo conocí la receta por medio del Chef Jamie Oliver y cuando probé a hacerla me encantó por lo sabrosa que es y por los sabores tan curiosos que tiene. Además, es un plato que puede estar hecho en menos de 15 minutos y bastante económico.

Vamos con los ingredientes (por persona):
  • ·         100 gramos de pasta fresca al huevo recién hecha (en caso de ser envasada, controlar los tiempos de cocción indicados y cocer 2 minutos menos).
  • ·         1 diente de ajo (al gusto, habrá quien quiera más, menos... o nada).
  • ·        2 filetes de anchoa en salazón (no merece la pena que sean gourmet, ya que se deshacen en el sofrito, de modo que no es necesario gastar mucho). Esto va a ser lo que sale el plato, de modo que no nos pasaremos con ellas, ya que es un sabor muy predominante. También procuraremos quitar las posibles espinas que pudieran tener.
  • ·         Una guindilla cayena seca pequeña o un poco de chile fresco. En caso de que no te guste el picante(aunque en este plato no es muy fuerte) o de ser para niños, no eches nada .
  • ·         2 cucharadas de alcaparras encurtidas bien escurridas.
  • ·        Un puñado de aceitunas negras (más cómodo sin hueso, pero mejor sabor si las cogemos con hueso y se lo quitamos aplastándolas con facilidad).
  • ·         Una lata pequeña de atún en aceite de oliva con el aceite escurrido aparte.
  • ·         150 gramos de tomate natural triturado.
  • ·         Una pizca de canela.
  • ·         Aceite de oliva virgen extra.
  • ·         Agua y sal para la cocción de la pasta.

PREPARACIÓN:

·       1.- Poner a hervir agua con abundante sal para la pasta. Vigilaremos y cuando hierva añadiremos la pasta fresca no más de 2-3 minutos si está recién hecha (o 2 minutos menos de lo que indique el fabricante si es envasada). Hay que tener en cuenta que la pasta fresca es muy suave y no queda al dente, y si le damos demasiada cocción quedaría muy pastosa.
      
      2.- Mientras tanto, ponemos en una sartén o cazuela baja un poco de aceite de oliva virgen extra y el aceite de la lata de atún. Añadimos el ajo laminado muy fino, la cayena machacada (o el chile bien picado), y los filetes de anchoa muy picaditos y sin espinas.


3.- Según vamos moviendo el sofrito, veremos que los trozos de anchoa casi se deshacen en el aceite caliente. Esto hará de salmuera para salar el plato, siendo innecesario añadir sal. Incorporamos las aceitunas sin hueso rotas en trozos y las alcaparras.

4.- Sin olvidarnos de vigilar el agua para la pasta, salteamos bien todo en la sartén y añadimos el atún y una pizca de canela. Aunque pueda parecer raro el añadir este ingrediente, las recetas originarias napolitanas incluyen canela en muchos platos con pescado, ya que potencia mucho el sabor de éste (haced la prueba y echad un poquito de canela en la preparación del relleno de una empanada de bonito... ¡Alucinaréis!)


5.- Añadimos el tomate triturado y removemos, dejando que se cocine junto al sofrito unos minutos a fuego medio-bajo mientras se termina de cocer la pasta. Comprobamos de sal por si quisiéramos añadir un poco (no suele hacer falta gracias al salazón de las anchoas).


6.- Subimos el fuego, añadimos la pasta escurrida, y removemos bien durante un par de minutos para que se integre con la salsa. Servimos bien caliente y espolvoreamos con perejil fresco picado.


Espero que os guste tanto como a mí, que lo disfrutéis y que os resuelva más de una ocasión. ¡Ya me contaréis!